miércoles, 17 de agosto de 2011

Despues de la tormenta...

Por fin tengo vacaciones, no es que haya pasado mucho tiempo desde que estuve en España, pero esta vez lo necesitaba más que nunca. Han sido tres meses bastantes duros, desde llegar sin tener casa, todos los malos ratos que he pasado por culpa de algún chef y la escasa economía de estos meses, han ido grano a grano formando una gran montaña que creía que nunca iba a escalar hasta su cumbre para divertirme en su bajada riéndome de los sudores pasados. Me encuentro ahora mismo llegando a su valle, pequeño vergel después de un empedrado camino.
Estoy escribiendo mientras espero en el aeropuerto a que den la salida a mi vuelo con dirección a casa, el ultimo día que trabaje fue el viernes llevándome un buen sabor de boca, dado que tanto el viernes como el jueves estuve trabajando al lado del jefe, no es que me hayan cambiado de sitio, sino que este ha estado trabajando como "pastry chef", pastelero de toda la vida. Como no tenía mucha idea yo no paraba de reírme de él y burlarme, el al verme tan jovial me estuvo siguiendo el rollo causando en mí una especie de piedad que me llevo a ayudarle. Así que durante dos días estuvimos trabajando los dos juntos de una manera bastante más agradable de la que hubiera llegado a imaginar. Referente a la entrevista, recibí una llamada el jueves, como estaba trabajando no la pude contestar. Un mensaje raro que no decía nada en mi inculta mente, una y otra vez lo ponía intentando descifrar aquel algoritmo verbal, lo único que saque fueron pequeñas premisas como:" hola soy Robert" y "buena suerte", ante mi ignorancia decidí salir a buscar a cualquiera de mis amigos waxupinos para que me ayudaran, no hice, lo escucharon y entendieron lo mismo. Por lo cual digamos que sigo en el mismo curro con un posible si y con un no asegurado, pero pensándolo bien me caía muy lejos de casa y el sueldo iba a ser el mismo, por lo cual tampoco era un paraíso laboral.
El fin de semana ha sido bastante movido sin llegar a descansar. El sábado a las 7 de la mañana ya estaba cantando en la ducha preparándome para ir a buscar a la madrina de mi ahijada y a su novio. Han venido a pasar unos días a Londres y como es normal les ofrecí mi casa y me preste para hacer de guía durante estos dos días. Realmente no les he hecho yo a ellos el favor sino que ha sido al revés, estoy ahora mismo reventado del trajín de estos dos días, pero me lo he pasado de puta madre, me he reído como hacía tiempo que no hacia( deje a la vuelta mi risa olvidada en cualquier sucia esquina) hemos hecho turismo yendo a sitios que nunca fui dado a que los fines de semana estaba trabajando, como el mercado de portobello, es el mercado más grande de Europa de antigüedades, solamente se hace los sábados en un barrio cercano a nothill hill y ay que decir que el barrio de portobello es integro de personas españolas e italianas, que estábamos allí como en casa. Luego fuimos por Oxford Street dando un paseo, perdiéndonos entre sus tiendas y siendo tres más de la marabunta de gente que navegaban entre el asfalto. Estuvimos viendo todos los alrededores para acabar dando un confortable paseo por la vereda del rio, la lluvia no fastidio el final de la guía dado que cuando escampo nos dejó una bonita estampa, un arcoíris que cubría toda la parte sur de Londres acabando en la city ( la city es el centro de Londres y el centro financiero donde trabajo) en un edificio con forma de consolador, en ese momento se asemejaba más a una gran linterna proyectando aquella desfragmentación de los haces de luz con el agua. Fue el momento en el que me llamo mi colega el checo, habíamos quedado para tomar unas birras y cenar en casa tranquilamente, bueno tranquilamente fuimos pero entre nosotros todo zombis reactivados a la vida por el efecto de la cerveza y la k había liada en casa con los amigos de mis compis nos hizo reírnos embriagados por la cebada hasta las 2 de la mañana. Tres melodías sonaban pasadas 5 horas llevándome a un especial desayuno compuesto por un paracetamol, un sorbo de agua y un tanque de negro café. Después de gatear desde la ducha a la calle fuimos a ver la torre de Londres acabando en mi restaurante desayunando al estilo inglés, es el único restaurante de comida típica inglesa que conozco, tenía que ofrecer a mis invitados algo típico de la cultura local, aparte de que me hicieron casi el 50% de descuento y nos invitaron el café, si cuando quieren son hasta majos jajaja. El domingo es el día por excelencia de los mercadillos callejeros, para ser exactos un total de 28 repartidos por toda la ciudad, ya que estábamos en el curro vimos el mercado que ponen allí, hay que decir que fuimos allí porque está al lado del famoso mercadillo de moda retro de brick lane. Anonadados por la basura que vendían, os lo aseguro era basura dado que era todo de segunda mano, fuimos viendo todas las ofertas de este gran mercadillo acabando por coger un bus con dirección de otro de los emblemáticos mercadillos, Camden town, mercadillo hippie en un barrio raztafari, me encanta esa zona. Todo el día con su tarde perdidos entre incienso para acabar cenando a los pies del big ben iluminado por sus luces y por una tímida luna. Tuvimos que irnos medio corriendo para casa ya que la mierda del mexicano me sentó como una patada en mis santas pelotas.
Y ay acaba los días estando ahora mismo esperando a un vuelo que esta vez espero que no tenga ningún tipo de altercados como el de la vez pasada.
Ya es jueves y estoy sentado a contracorriente en un tren con destino a Badajoz. No os asustéis que no voy a llegar a territorio comanche, mi parada es Plasencia para juntarme en una barbacoa familiar con mi padre y amigos en el pueblo. Estos días han estado de lujo, en Madrid ciudad que me tiene enamorado, no sé si será porque entre sus calle respire por primera vez o simplemente su ir y venir que me mece, la gente de sus calles que pintan esas umbrías anchas avenidas o simplemente por la mayoría de recuerdos que me bombardean de mi infancia por allí. Pero realmente la única estancia en Madrid fue esta mañana dirección a la estación de tren, eso sí en el transbordo en sol no he parado de buscar a una persona pero esta vez el destino me fue esquivo. Pues nada allí en el campo me he pasado tres días que me han servido para recargar mis pilas casi sulfatadas, los días se basaban en comer bien, piscina, siesta, un poco más de piscina y sobre todo jugar todo el rato con los 4 peques de la casa, ay que decir que toy viejo hasta para hacerles putadas pero ay hemos estado liando alguna zakatua que otra. Desde luego como en casa en ningún lado lo bueno de todo que con la familia desperdigada por diferentes ciudades, los amigos que estén donde estén tengo sus casas abiertas, hacen entre todos que este en la ciudad que este me sienta como en mi propia casa, cosa que se agradece.
Pues a groso modo estos han sido mis pequeños pasajes esta semana pasada dejando abiertas todavía dos más que espero que me guarden sorpresas y no creo que me den tiempo a escribir mucho pero prometo si existe el hueco lo usare para dedicaros un ratejo. Por cierto la foto que más que ha gustado para estos días es ver morir el arco iris morir en un emblemático edificio de la city, parte financiera londinense, abriendo así un claro entre las nubes y dejando un rayo de esperanza para la evolución de la nueva etapa que me espera en aquella fría ciudad.

Un abrazo a todos y hasta mañana, Iriaso.

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